lunes, 26 de diciembre de 2011

De la cárcel han emergido grandes poetas... Jean Genet.




Jean Genet

* novelista, dramaturgo y poeta francés (1910-1986). 

San Genet, Comediante y Martir >>> del libro de Jean-Paul Sartre


(...) Subyace en todo el edificio un resentimiento de base que sostiene su acto creador. Genet es un ser resentido: huérfano, pobre de joven, homosexual rechazado, etc. Su actitud hacia el mundo no puede ser sino defensiva -contra el odio recibido, él devuelve odio poético. Su resentimiento, a diferencia de la mayoría de los discursos literarios y artísticos que se vuelcan hacia una idea reformista, se expresa en clave narcisista, que no se frena ni canaliza con la solidaridad humana. Genet, en tanto aislado, se mueve SIN moral y CONTRA los hombres: el resentimiento no debe resolverse, debe mantenerse intacto en tanto es la fuente de erotización de la que emana su belleza y la poesia (...)

(...) Esta zambullida de Genet en el universo de la marginalidad convierten al mundo en una especie de objeto de perversión. Es decir, Jean erotiza el cosmos que lo rodea en busca del placer que la sordidez le provoca, sucumbiendo a los submundos. Esto, según Freud, impregna de una enorme sensación de libertad a nuestros sentidos (como todo vicio). Es así que mientras Proust muestra una actividad dirigida AL MUNDO, a la razón (al análisis); la actividad genetiana está enfilada y gira en torno AL PLACER y al descubrimiento de la belleza desde su lado inverso: el "mal" (...)


Los atributos de un hombre, o lo que nos permite en última instancia describirlo, no se predican de él como de los objetos que lo rodean: me refiero a que no puede decirse de un hombre que es inteligente de la misma manera que puede decirse de una mesa que es redonda o de una planta que tiene flores. Solamente podrá decirse lo que el hombre es, o parece ser, en la medida en que tomamos su situación concreta en-el mundo. El hombre es lo que se hace, lo que decide hacer él mismo de su existencia. Un hombre es inteligente si sus circunstancias le han prohibido todo conformismo mental. Solamente en este sentido podremos describir a Genet.


Si tomarnos en cuenta, con la tradición hegeliana, que el Ser es Reconciliación, que es el estar del ser en sí mismo, "en casa", en armonía con la naturaleza, Genet nunca es, porque se nihiliza constantemente. Nunca une los opuestos en síntesis; existe en permanente contradicción. Nunca se da la Síntesis final porque sería Plenitud.  No podría ser negada. Y la estructura del hombre es precisamente lo relativo, lo no pleno, lo no-absoluto. El hombre nunca es algo absoluto, su ser consiste en su hacer. Genet quiere negarse como ser-en el-mundo pero no puede porque, a pesar suyo, está actuando. El contrario del bien no es el mal, ni el contrario de la honestidad es el robo, ni el contrario del amor es el odio. Todos estos pares de opuestos tienen un revés común que es el no-ser. Por eso nunca podremos ver a Genet como lo que él quiere: como la negación del mundo; porque a pesar de negarnos existimos.


Remontémonos al principio: Genet nace en París el 19 de diciembre de 1910 de padre desconocido. Su madre lo  abandona en un orfanatorio siete meses después y nunca vuelve a saber de ella. Lo adoptan y pasa su infancia en una escuela en donde se le educa para ser santo. Pero, un día, en un juego casi de niños, lo sorprenden robando. El solo hecho de llamarlo " ladrón" ya implica una muerte para él, una muerte de la honestidad como estructura de su ser. Sufre entonces varias metamorfosis que en última instancia harán de él, el hombre concreto, Jean Genet, que actúa en situaciones específicas.


La primera conversión de Genet es hacia el mal: decide ser el ladrón que la sociedad quiso; decide asumir la descripción que la sociedad ha hecho de él y responsabilizarse de ello. Roba y hace el mal para que los demás lo consideren malo, ladrón, criminal. De hecho, pasa una gran parte de su vida en la cárcel, adonde es llevado innumerables veces por toda clase de delitos.


Genet quiere ser santo para Ser, en todo el sentido del término. Busca una estructura que le permita fundamentar su ser, que le permita ser plenamente. Al ser descubierto en el robo, se da cuenta de que no puede ser santo en un sentido absoluto; entonces tratará de ser criminal en un sentido absoluto. Lo que Genet quiere es tener una naturaleza. Es ver cuál es su ser más que actuar. No es que quiera hacer el mal, sino que quiere ser malo. Busca fundamentar su vida en una ontología; quiere encontrar la solidez que le dé la estructura de su ser. Pero esto es imposible, puesto que la misma existencia, su simple estar- en-el mundo, es ya la estructura de su ser y del ser de toda la realidad humana. Para poder ser malo, es necesario haber antes tomado la decisión de hacer el mal, de asumir la elección original que la sociedad le impuso. Por ello, Genet hace: para ser. Él quiere ser santo y se fuerza a llevar a cabo algo impuesto desde fuera por la sociedad: ser ladrón. Elige vivir esta dualidad: el robo y la santidad. Genet es el producto que se vuelve contra la sociedad que le impuso el mal. De ahí el título del libro de Sartre: San Genet: comediante y mártir.


Desde los quince años, Genet lleva una vida de delitos hacia la sociedad. Huye del reformatorio donde se le ha encerrado; roba; va a prisión; huye de nuevo; se enlista en el ejército y lo abandona: se le acusa de desertor; en España vive de la mendicidad y la prostitución; recorre casi toda Europa franqueando fronteras prohibidas. Pero Genet tiene una razón para hacerlo: Se trata de hacer el mal para-los otros, no para sí mismo. Por ejemplo, cuando atraviesa Alemania en 1934, siente que está viviendo entre ladrones y gente que se dedica a la maldad: Entonces no robará, pues robar ahí ya no significa para él hacer el mal. Para robar, necesita Genet estar en un país donde se obedezcan ciegamente las leyes morales: solamente así podrá causar escándalo. Genet actúa, entonces, siempre en función de y para los otros.


... " la realidad se adquiere exclusivamente por repetición o participación; todo lo que no tiene un modelo ejemplar está 'privado de sentido', es decir, carente de realidad ( ... ) el hombre de culturas tradicionales sólo se reconoce como real en la medida en que cesa de ser él mismo ( ... ) y se contenta con imitar y repetir los gestos de otro. En otros términos, no se reconoce como real, es decir, como 'verdaderamente él mismo', más que en la medida en que cesa precisamente de serlo."


Ya no es él mismo: actúa con gestos, gestos que le permiten ser lo que la sociedad ha hecho de él: un ladrón, un criminal. Pero corno él, interiormente, no es ni ladrón ni criminal (puesto que estos actos suyos son pura apariencia), será santo: hará el mal precisamente porque es un sacrificio hacerlo.

Hay una irrealidad en la elección de Genet: él cree que roba para hacerse ladrón, pero en realidad está robando. Ésa es su acción en el mundo y roba porque no tiene otros medios para subsistir, porque se le han negado otras posibilidades. Juega a robar, o a escribir, pero como en realidad roba y escribe, se engaña a sí mismo creyendo que es puro gesto y engaña al otro porque se muestra como él no es, como un Genet ficticio. Hace la comedia a pesar suyo. Cree haber elegido hacer el mal, rechazar el mundo, pero este rechazo es tan aparente como el mismo Genet: es sólo una comedia, un gesto. Por ello Genet es comediante y mártir al mismo tiempo. Es mártir de su propia comedia. Y esta comedia es comedia y no lo es: lo es porque manifiesta el gesto de apariencia de Genet, pero no lo es porque, de hecho, es en-el-mundo y cumple su función de acción.

Otro punto: a pesar de haber tomado como elección original lo que la sociedad le había impuesto, Genet ejemplifica la libertad. Nos muestra nuestras posibilidades latentes: si somos honestos, de ser ladrones; si somos heterosexuales, de ser homosexuales; si somos fieles, de ser traidores; o viceversa. Nos muestra que necesariamente elegimos y asumimos la responsabilidad de la elección, de lo que somos, de lo que hemos decidido hacer. Lo que nos muestra Genet, en última instancia, es que siempre tenemos la posibilidad de ser lo contrario de lo que somos. Genet sabe que es un ser-para-los otros y asume la responsabilidad de serlo. Al ser ladrón, asume la responsabilidad de tener dinero que es dinero del otro. Al ser escritor, asume la responsabilidad de tener palabras que son palabras de los otros y palabras-para-los- otros. Se considera responsable de sus poemas. ¿Por qué? Simplemente porque su elección original ha sido ésa: tomar los "útiles" de los otros para tener un arma con qué atacarlos. Se considera responsable de haber decidido hacer el mal y transformar así la sociedad en la que vive: la sociedad que lo mete en prisión o que lo lee, que actúa sobre Genet de la misma manera en que Genet actúa sobre ella.


La vida se le presenta como una insuficiencia, tanto en el campo del ser como en el campo del tener. Cuando vive en la escuela, todo es compartido para di. El único símbolo que adquiere de la propiedad es mediante el robo. A partir de este sentimiento de insuficiencia, su falta de ser es lo que le llevará a ser santo y su falta de tener le llevará a ser ladrón. Pero se da cuenta que no puede hacer el mal en un sentido absoluto (el ser del hombre es ser relativo); entonces hace el mal como sacrificio. Hace el mal a pesar suyo. Va hacia el robo como hacia una liberación de su ser. Esto lo lleva a su segunda conversión: a ser esteta; pero esteta solamente en el sentido en que le permite hacer el mal mediante la belleza creada, mediante la literatura: usa las palabras para hacer el mal; las considera armas de asesinato.


De lo anterior se deriva la razón por la cual Genet elige el mal como el único camino posible en su vida. El Mal es su ser-otro, porque es no reconocerse (como para Hegel). Genet, en realidad, no es malo. Al querer hacer el mal, actúa en contra de sí mismo. Actúa siendo otro. No se reconoce como sí mismo. Es otro que él mismo. El Mal, por eso, es ser otro que el Ser. Sería, por una parte, el ser del No-Ser, o sea, es lo que caracterizaría la falsedad, la apariencia; y, por otra parte, sería el no-ser del Ser: la negación de lo absoluto, de lo pleno, de lo definible. El Mal es la negatividad absoluta, es la falsedad. Genet se sabe falso. Si hiciera reales sus apariencias, éstas no adquirirían ser, sino que Genet perdería el suyo, caería en lo puramente imaginario para sí mismo. Pero, aunque su ser malo sea aparente, de hecho actúa haciendo el mal; roba y comete delitos que lo llevan a prisión. Es percibido como criminal y, en tanto que es percibido, tiene un ser, un ser que se revela a través de sus acciones. Serán falsedades para el carácter de Genet pero son realidades en tanto que tienen una presencia para el mundo. Su presencia en el mundo es verdadera; sus gestos son apariencia. Es la constante contradicción en Genet; lo verdadero y lo falso se mezclan en todo momento, porque lo supuestamente falso tiene una verdad, que es la presencia en el mundo.


La acción de Genet es el mal; es la destrucción en tanto que, al construir, nos exteriorizamos ante los seres y al destruir reabsorbemos el universo dentro de nosotros mismos. Es con este sentido de destrucción que Genet hace el mal. Construir es llevar a cabo una acción en el mundo. Es exteriorizarnos. Es crear un objeto, parte nuestra, que forme parte también del resto del mundo. Es hacer palpable nuestra acción. En cambio, destruir es lo contrario: es interiorizarnos. Es absorber al mundo dentro de nosotros mismos. Es tener un mundo puramente interno, Es también acción pero sin crear cosa alguna en la objetividad, sino creando en un nivel interior, en el nivel de la conciencia. Son los dos momentos de Genet: el de la acción objetiva -con la que hace la maldad - y el del tiempo interior, el de la santidad - que es reflexión sobre la acción, que es interpretación interior.


De todos los caminos que pueden significar el Mal, Genet elige primordialmente tres de ellos que representan su verdadera acción: el sacrificio religioso, la estética y la literatura.


EL SACRIFICIO RELIGIOSO



Querer ser santo es querer lo absoluto, es querer el Ser, es querer lo pleno. Es querer pertenecer a un mundo que nos es extraño e imposible, querer ser pleno, cuando la estructura de nuestro ser es precisamente el no serlo es querer lo imposible. Es querer ser absoluto y relativo a la vez, plenitud y carencia, ser y nada. Querer ser santo es querer lo imposible. Lo imposible para Genet es el Bien.

Genet quiere ser santo porque quiere el Bien, que es imposible dentro de su situación humana. El Bien es lo absoluto, pero se le encontró robando. No puede ser absolutamente bueno. Entonces hará el mal. Pero tampoco puede ser absolutamente malo. Como su acción es la maldad, se convierte en mártir de sí mismo, en santo.


Es santo porque se re-crea dándose a sí mismo sus leyes; será el mártir del mal, el mártir del robo y del crimen porque transfiere su vida a una pura interiorización. Es mártir porque, a pesar de haber querido el Bien (por ello quiere ser santo), hace el Mal, lo que interiormente para él significa un sacrificio. En esto consiste su acción porque: "para Genet, el fin del hombre no es el hombre ( ...) es destruir en sí el tiempo, la historia y lo humano para que nazca en el instante el reino de lo eterno y de lo divino ( ... ) Genet sacrifica al mundo y a sí mismo para tener acceso al universo de lo sagrado".

Su fin no es la acción en-el-mundo, sino los valores que él le da a esa acción ya interiorizada. Sacrifica su acción en el mundo por la interiorización que implica ser mártir de sus propias acciones. Sacrifica todo para participar de "otro" mundo, de su mundo interior. Ser santo es pertenecer al mundo del En-sí. En palabras de Kant, es no estar en el mundo del fenómeno sino del noúmeno. Es estar más allá de la conciencia concreta, en lo transfenoménico, más allá de lo que se nos da a los sentidos. Es participar de un ser absoluto al que no podemos llegar mediante el conocimiento. Es participar de un ser inaccesible. Es lo que le sucede a Genet: En realidad, lo que él prueba, a pesar suyo, es que los valores religiosos están más allá y a veces en contra de la ética humana. Su acción es precisamente asumir la ética humana yendo en su contra: por ello quiere ser condenado y por ello también su acción es sacrificio. Al darse cuenta que el Mal absoluto es imposible, ya no hace el mal para ser malo sino para ser santo, para sacrificarse asumiendo una ética en la que no cree. Se sacrifica haciendo el mal sin ser malo. Por ello es mártir. Y por ello el sacrificio religioso para Genet se da también en la acción del mal.

LA ESTÉTICA

La belleza destruye al Ser-en-sí porque el arte es la creación de una "realidad" distinta de la realidad natural. Esta realidad natural, para Genet y para toda la tradición filosófica que él asume, se identifica con el Ser, con la Plenitud. En este sentido, todo arte es imitación, es querer ser pleno y no serlo. Ya desde la Edad Media, el arte es visto como secundario porque rompe con el Ser, con la Realidad, con la Naturaleza.

Por eso la belleza es apariencia. Va contra el Ser. Es el Mal, porque tanto el Mal como la Belleza son anti-physis. Genet es, entonces, esteta para llevar el Mal a la práctica. Si la belleza destruye al Ser, entonces el malo se hace esteta. Pero esta lucha constante de Genet contra el mundo no se da como en los demás estetas que rechazan la moral común y proclaman sus propias leyes: Genet utiliza la belleza como un arma dentro del sistema ético humano: lucha en el mundo con los mismos valores del mundo. Quiere que se le condene. Acepta los valores y hace lo contrario de lo que ellos dictan. Por eso, también en este caso, es sacrificio.

LA LITERATURA

Genet parte del hecho de que la lengua es del Otro, tiene los valores que los otros te dan. Es lo que permite a Genet tener culpa frente a los otros, hacer el mal dentro de su propio campo de valores. Los pensamientos de Genet están en constante contradicción y se rechazan. Pero como las palabras sí pueden unirse, es mediante la lengua escrita que Genet lleva a cabo su verdadera acción. Es poder infinito de creación. Genet crea para permanecer en el vacío, usa la literatura para aislarse aún más de los hombres. No habla para que lo escuchen ni escribe para que lo lean. Utiliza las palabras para permanecer en la carencia, para seguir siendo un "muerto social", como dice Sartre.


Pero como en realidad se le lee, el lenguaje de Genet cumple su función de hacer el mal y a un nivel aún más profundo que sus robos y sus fraudes. Si bien un ladrón es un ser creado por la sociedad en la que se desenvuelve, pasa inadvertido como hombre concreto para convertirse en el "ladrón" o en el "criminal", producto de dicha sociedad. Pero un escritor del Mal ya no es un escritor cualquiera, producto de la sociedad. Es específicamente Jean Genet. El criminal acaba con algo o con alguien: mediante la literatura se crea, no se destruye. Al escribirse el crimen, se crea. Construye un objeto que llena las conciencias de criminalidad, que hace surgir el crimen en medio de la sociedad.

Lo peor no es hacer el mal sino manifestarlo, proclamarlo. La mayor parte de las obras de Genet tienen como tema principal el crimen. Como fiel reflejo de su ser, Genet quiere que estas obras no se publiquen, que sean leídas como algo negativo o, aún mejor, que no se lean.
Como criminal, sólo algunos policías conocen su existencia. Como escritor, su campo es mucho más amplio. Es leído, a pesar suyo, por un público más o menos numeroso: hace el mal infectando el mundo a mayor escala. Se convierte en objeto de horror. Obliga a los otros a verlo como él quiere ser visto. Ya no comete el crimen sino que da su significado y su interpretación. Es éste el verdadero mal que causa a la sociedad: porque para Genet la sociedad no es mala; es él el causante del mal. Definirá el mal por lo que él es, mostrándole así a dicha sociedad el producto que ha creado.

Por ejemplo, en Notre-Dame des Fleurs (1942-43), se muestra exactamente como él es, sin compasión ni piedad. Sus personajes se ven obligados a amar lo que odian y por ello son mártires, por ello son santos. Son solitarios, medio locos, casi esquizofrénicos.

Sus obras van desarrollándose junto con Genet: en Miracle de la Rose (1943, publicada en 1946), ya no es una pesadilla lo que narra, sino un despertar: es la liberación de Genet. De hecho, es la última vez que pone a sus personajes en prisión. Ahora lo que hace es describir la sociedad mediante un hombre astuto, nervioso. En otras palabras, podríamos decir que describe a un hombre más humano, que se pasea en su celda. Es la historia de una cierta sociedad.

Pero la obra que verdaderamente representa un cambio en la creación literaria de Genet es Pompes Funébres (1944-45, publicada en 1947). Ésta es ya una obra de completa interiorización. Da a los objetos significados específicos que les permiten ser "útiles" para Genet. Todo acto es un rito, una ceremonia hacia lo negativo. Como las cosas han perdido verdadero significado para Genet, como tanto él como los objetos que maneja son para los otros, entonces no tiene importancia en qué se conviertan: así vemos una caja de cerillos convertirse en ataúd, un ataúd que contiene el cuerpo de su amante, del rencor hacia la muerte donde no existe el ser. Todo es pasado, es no ser. Es una recreación de Genet: interiorización pura. Su obra posterior, Journal du Voleur (1946, publicada clandestinamente en 1948), ya no es una meditación sobre su vida, sino sobre sus obras mismas: es una herencia literaria que nos muestra los recuerdos que son sus obras: son primero manifestaciones del Mal; después, de la imposibilidad del Mal; de la Santidad; de la Comedia; del Sacrificio, y así sucesivamente.

Tal vez la obra que mejor refleja la personalidad de Genet es Les Bonnes (1946-1947). Es la muestra del continuo movimiento de Genet de ser y apariencia, de imaginación y realidad. Al escribirla, lo que Genet hace es mostrar lo artificial, poner la mentira en escena. Les Bonnes, las sirvientas, son los otros. Pertenecen al mundo de sus patrones. Son el no-ser, el mal. Quieren integrarse al orden social que repudian: contradicción de la vida diaria. Son como la sociedad las ha creado: falsas, producto de lo artificial; tienen siempre la conciencia de ser otras que ellas mismas. Incluso Genet hace que quienes actúen el papel de sirvientas sean hombres, para que se vea aún más falsa la situación; hombres vestidos de mujer, por supuesto. Y además trata de que no sean actores profesionales: así, son actores que no son actores, sirvientas que no son sirvientas, mujeres que no son mujeres: Todo es mentira.


LA POESIA

La poesía en Genet no es una de las formas de literatura; es una manera que él tiene de vivir.
Es estrictamente personal; no se destina a un público. El tema de sus obras es siempre aquello que afecta su sensibilidad. Son puramente experiencias mentales.


Si definiéramos la poesía como comunicación, Genet no sería poeta, porque incapacita sus obras para tal efecto. Genet no nos da nada en sus poesías. Se leen sin recibir algo positivo: desgarra los valores, el honor, la virtud, el bien, para no ofrecer más que vacío. Sus obras tratan de la apariencia porque escribe sus sueños. En ningún sitio hay lugar para el Ser: es solamente crimen, solamente destrucción. Es el Mal sin pretexto, sin excusa, sin justificación. Elimina su ser y se presenta como gesto.

Pero su poesía tiene, de hecho, un fin: mediante la palabra, golpear la conciencia de los otros, de la sociedad entera. Aunque trate de evitar su publicación, crea algo concreto. No escribe para ser leído, pero lo es. Sin quererlo, Genet transforma al otro que lee sus obras, deja de estar en sí mismo y se convierte en leyenda, en poesía para los-otros. Hace a un lado su circunstancia y ejerce su libertad. "La idea que nunca he dejado de desarrollar es que, a fin de cuentas, cada quien es siempre responsable de lo que se ha hecho de él - aun si no puede hacer nada más que asumir esta responsabilidad. Yo creo que un hombre siempre puede hacer algo de lo que se ha hecho de él. Es la definición que daría yo hoy de la libertad: ese pequeño movimiento que hace de un ser social totalmente condicionado, una persona que no restituye la totalidad de lo que ha recibido, de su condicionamiento; que hace de Genet un poeta, por ejemplo, mientras que estuvo rigurosamente condicionado para ser un ladrón ( ... ) Porque a Genet se le hizo ladrón; él dijo 'soy un ladrón' y ese pequeño movimiento fue el principio de un proceso mediante el cual llegó a ser poeta y, después, finalmente, un ser que ya no está verdaderamente al margen de la sociedad, alguien que ya no sabe dónde está y que se calla. En un caso como el suyo, la libertad no puede ser dichosa. No es un triunfo. Para Genet, simplemente abrió ciertos caminos que no le habían sido ofrecidos desde el comienzo."  

jueves, 22 de diciembre de 2011

No importa quiénes son, ni lo que han hecho, lo que importa es lo que quieren ser y en lo que pueden convertirse. El péndulo de cal es un proyecto cultural que busca a través de la literatura favorecer la readaptación social de los reclusos de Acapulco.

A la vez en su fase inicial, la publicación del libro de poesía "El péndulo de cal", alrededor del cual nace y crece el proyecto, brindará una herramienta a las víctimas de la violencia en su paso por el proceso de duelo. El libro "el péndulo de cal" ofrece un espacio de empatía y humanismo para las víctimas y victimarios de la delincuencia en búsqueda de reconciliarse con la sociedad, con la vida y consigo mismos.



"Lo más auténtico de nosotros es nuestra capacidad de crear, de superar, de soportar, de transformar, de amar y de ser más que nuestro sufrimiento".


-Ben Okri.

lunes, 19 de diciembre de 2011




"Creo que toda la gente tiene corazón y, si puedes llegar a él, puedes cambiar las cosas".

 -Uli Dereckson.