Por un país menos conformista y más aguerrido.

Hay batallas en las que ganemos o perdamos siempre nutren nuestra dignidad y superación como seres humanos; vale la pena luchar por la educación, por la especialización de los profesionales que atienden las diferentes problemáticas en nuestro Estado, vale la pena luchar por ayudar a grupos vulnerables, por unirnos para sumar varios esfuerzos que tengan un mayor impacto, por la justicia, por tener un país menos corrupto y más honesto, menos flojo y más trabajador, menos conformista y más aguerrido, con más personas preparadas para emprender proyectos productivos, sociales, culturales y demás, necesitamos gente con iniciativa para hacer que las cosas pasen porque el cambio no está en un partido político sino en cada persona que harta de la desigualdad y la injusticia decide hacer algo más que sólo quejarse. Somos mexicanos, tenemos todo para cambiar el rumbo del país, pero necesitamos acciones y compromiso con los resultados, luchadores de carne y hueso que generen soluciones reales.